Confieso que nunca me he llegado a creer lo de la consulta. Todos sabemos que no llegara a celebrarse.
Lo primero que no me gusto es que Ibarretxe anunciase la consulta desdiciéndose de su compromiso de "en ausencia de violencia".
Lo segundo que no me gusto es que anunciase la consulta y no anunciase las preguntas de forma clara, y que estas hayan tardado casi un año en conocerse.
Lo tercero que no me ha gustado es que cuando la primera pregunta estaba claro que iba a ser una deslegitimación a ETA y a la violencia, donde hubiéramos visto si ETA y su entorno estaba dispuesta a someter su existencia a la opinión de los ciudadanos, se cambiase, al menos aparentemente, a ultima hora por una pregunta insulsa que permita a los violentos sentirse cómodos y votarla.
Lo cuarto que no me ha gustado es que se haya negociado con EHAK, o facilitado, su voto afirmativo, y que se haya aceptado aprobar la ley de esa manera ridícula, máxime sabiendo que EHAK y su entorno lo que pretenden es poner en evidencia que la consulta no se celebrará, y justificando así la legitimidad de su lucha.
A partir de ahi, se puede decir aquello de hemos hecho un pan como una tortas.
Hasta aquí el comienzo de un artículo aparecido ayer en Gaztelugatxe, pero hay algo que a su autor le preocupa mas, ... ... ... ... ...