Dicen del canónigo de Badajoz José María Gil Tamayo, secretario de medios de comunicación de la Conferencia Episcopal Española, que en declaraciones a Popular TV soltó aquello de:
“Federico Jiménez Losantos no representa en absoluto a los obispos. Dicho esto, la Iglesia sí tiene una responsabilidad sobre sus medios. Los medios de la Iglesia deben tener una coherencia con su ideario”.
Enric Sopena, que es director de El Plural comenta que ojalá se cumplan los vaticinios y cambie por fin el rumbo de la cadena confesional. Pero que no pretendan ahora los prelados lavarse las manos, eludir sus responsabilidades, encogerse de hombros y dar la impresión de que si Losantos habla ante los micrófonos píos se debe a que casualmente cada mañana pasa por ahí.
Losantos representa a los obispos. ¡Claro que los representa! Le dejan decir cuanto dice porque son ellos quienes lo han contratado, aplaudido y jaleado. ¿O es que una organización tan jerarquizada como la Iglesia católica iba a consentir que un tipo así fuera su estrella, si los obispos no compartieran básicamente sus peroratas?
Incluso Rajoy ha comentado que una cosa es el derecho a la libertad de expresión y otra, no menos importante, el derecho al honor, y esto último, el honor de los demás, Losantos se lo paso por el arco del triunfo.