viernes, 20 de junio de 2008
Desde Zaragoza, desde la Expo.
Digamos que todavía está un poco verde. Hay cosillas que no se han acoplado aun al engranaje de una actividad de estas características (Limpieza, pabellones sin inaugurar, instalaciones con averías técnicas, ...), otras que no han sido pensadas razonablemente (Entras al recinto por la orilla sur y para montarte en el teleférico tienes que abandonar la expo de nuevo. ¿Alguna lógica? ), precios en general (desde el agua, los vasos para beber, hasta el precio de los hoteles) insultantes. Algunos se han creído que cobrando más, se recauda más, y no siempre es así, afortunadamente, para disgusto de mentes egoístas y usureras.
Pero dicho lo anterior, un equipo de personas entregadas a la causa hacen que la visita sea amena, entretenida, pedagógica, entrañable y recomendable. Euskadi, discreta. Un día es insuficiente para verlo todo, pero permite hacerse con una idea general del tema, aunque se pueda terminar agotado. Recomendable es estos casos, dejar para el final Alemania.