Hoy, tomándome un café en un bar de la ruta, y al hilo de la celebración internacional que celebramos hoy, el Día Internacional del Medio Ambiente, dos señores charlaban sobre las noticias que uno de ellos iba leyendo en el periódico local. Y entre todos los comentarios, uno me ha llamado la atención:
-Tanto cemento, tanto cemento, estamos jodiendolo todo.
Y yo, que vengo asombrado del número de puentes y acueductos que hay a lo largo de toda la cornisa cantábrica en la autopista de la costa solo puedo aplaudir al bendito cemento por permitirnos contar con semejantes viales que ahorran tiempo, acercan pueblos y personas y nos ayudan a tener una vida mejor.
A punto he estado de entrarles al trapo, pero me he contenido. Evidentemente, prefiero un país que sepa compaginar verde y gris, porque será un país con presente y futuro. Los países que te venden paisajes y construcciones de hace dos mil años y carecen de infraestructuras me atraerán para visitarlos unos días pero no les tengo ninguna envidia.