Porque nadie se puede considerar ganador por tener un voto mas que el contrario, y menos si ese voto viene de donde viene.
Porque nadie se puede considerar perdedor si sabe que el presunto ganador no va a poder hacer lo que dice.
Porque nadie se puede considerar perdedor si sabe que la fuerza de la ley y de los tanques está de su parte.
Porque hoy todos, y todas, somos un poco mas perdedores, porque no hemos conseguido ponernos de acuerdo en algo tan sencillo y, a la vez, tan básico.
Hoy todos, y todas, perdemos.