Hoy nuestros representantes legislativos en el parlamento de la Unión elegirán, con toda probabilidad, al presidente de la Comisión Europea y, si no hay terremoto político de por medio, el elegido solo tendrá que seguir en su cargo.
Hay quienes lo defienden con un "mas vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", "mejor de derechas y del sur que proge y del norte", o simplemente, y ante la falta de alternativa, "mejor eso que nada". Quizás sean tres buenas razones para apoyarlo, pero, no me digan ustedes, que no son tristes y poco esperanzadoras.
Seguir avanzando, aunque sea especialmente lenta y sinuosamente, hacia esa Europa más unida y fuerte, parece que pasa por la reelección de Barroso. En fin, todo sea por Europa, y si hay que aceptar pulpo como animal de compañia: ¡Hurra, hurra, Barroso es el mejor!