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domingo, 6 de septiembre de 2009

Religión verdadera y rigor económico

¿Cómo entender la historia de Almería sin su virgen patrona?”, ha preguntado en voz alta el obispo de esa ciudad. Puestos a preguntar, ahí van cuatro interrogantes más:

¿Cómo entender el pasado de Almería, Sevilla o Toledo sin Alá, pues los musulmanes habitaron y dieron esplendor a esas y a numerosas ciudades hispanas durante siete siglos?; ¿cómo entender Cataluña sin la Marca Hispánica de los francos?; ¿cómo entender Galicia sin las raíces culturales galaico-portuguesas?, o ¿cómo entender Melilla sin tener en cuenta la nación bereber?… Como estas hay cientos de preguntas útiles para que cualquiera --incluidos los manipuladores con pocas luces-- lleve el agua a su molino.

En fin, el razonamiento --es un decir-- del representante del Estado del Vaticano en Almería obedece a que se opone a que todas las religiones tengan los mismos derechos en el Estado español... ¡Toda una lección de tolerancia y respeto a los demás!

Abundando en bobadas, el obispo también ha analizado --es otro decir-- la crisis económica y ha llegado a la conclusión de que “entre las causas morales de la crisis está la ausencia de motivaciones trascendentes”. ¿Causas morales? De entrada, el obispo considera incontrovertible que sólo existe una moral verdadera, la suya, por descontado, y apunta --aunque implicítamente-- que el sistema económico funcionaría bien con valores trascendentes, ¡si son católicos, naturalmente! Y por tanto, ¡agárrese que vienen cuervas!, en el origen y desarrollo de la crisis es aleatorio que el sistema haya estado y esté inadecuadamente regulado e interesadamente desregulado.

En fin, el obispo hace méritos para compartir espacio televisivo con Belén Esteban y demás personajes de la España profunda.

Recogido del blog de Felix Soria