La Unión Europea debería quitarle al Gobierno y a la televisión israelíes la posibilidad de usar a sus cantantes
para blanquear su imagen y proyectar al mundo un país moderno, inclusivo, tolerante y progresista.

sábado, 12 de septiembre de 2009

La realidad es la que es, aunque se diga al revés.

La continuada, excesiva y obsesiva preocupación de un gobierno por revestirse de un barniz diferente del anterior y que demuestre el rápido cambio que se ha prometido en la sociedad de la que ahora son "responsables", puede llevar a deformar la realidad con afirmaciones injustas.

Recomendable la lectura del editorial de DEIA.com de hoy.