Celebrar una fecha no implica que ese día sea siempre recuerdo de buenas noticias. Hay muchas celebraciones que recuerdan grandes derrotas. Los catalanes tampoco se libran de eso, y celebran muy a gusto la caída de Barcelona en manos de tropas borbónicas en 1714, convirtiéndola en su Día Nacional.
Cuando celebramos el Aberri Eguna, festejamos el día de una patria que tiene muchísimo camino por recorrer, y nadie se ha planteado dejar de hacerlo por ese motivo.
Pero evidentemente esa no es la razón de la celebración del próximo domingo. La fecha, en mi opinión, no debe servirnos para recordar lo que nos falta por hacer y las diferencias que existen entre nosotros, sino más bien para remarcar que hace treinta años los vascos y vascas con derecho a voto en aquella fecha nos pusimos de acuerdo mayoritariamente para describir cómo queríamos que fuese nuestro marco de convivencia de las décadas siguientes. Aquella unidad no se ha vuelto a repetir y muchos la echamos de menos.
Para terminar, señalar que me parece un error de libro dejar una fecha de estas características, un estandarte de todos, en manos exclusivas de los contrincantes políticos.
Cuando celebramos el Aberri Eguna, festejamos el día de una patria que tiene muchísimo camino por recorrer, y nadie se ha planteado dejar de hacerlo por ese motivo.
Pero evidentemente esa no es la razón de la celebración del próximo domingo. La fecha, en mi opinión, no debe servirnos para recordar lo que nos falta por hacer y las diferencias que existen entre nosotros, sino más bien para remarcar que hace treinta años los vascos y vascas con derecho a voto en aquella fecha nos pusimos de acuerdo mayoritariamente para describir cómo queríamos que fuese nuestro marco de convivencia de las décadas siguientes. Aquella unidad no se ha vuelto a repetir y muchos la echamos de menos.
Para terminar, señalar que me parece un error de libro dejar una fecha de estas características, un estandarte de todos, en manos exclusivas de los contrincantes políticos.