El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

sábado, 24 de octubre de 2009

¡Larga vida al espíritu estatutario!

Mañana se cumplen 30 años de aquel referendum en el que más del 90% de los vascos y vascas que fuimos a votar, seis de cada diez, nos pusimos de acuerdo en arrancar con este instrumento que ha servido para regular las reglas del juego democrático que nos ha guiado estas tres décadas.

De los partidos que apoyaron quedan el PNV y el PSE. El resto ( PC, PT-ORT, ESEI, ANV, EE y EKA) han pasado a mejor vida, han desaparecido o han perdido aquel espíritu que tenían a finales de la década de los 70. Las siglas que en aquel entonces utilizaba la actual izquierda radical ilegal pidió la abstención y AP, el "espiritu nacional" del actual PP, proponía el NO ante el peligro disgragador que albergaba una ley de estas características.

Durante las dos primeras décadas se celebró con mas o menos alegría aquel espíritu de acuerdo, de necesaria transversalidad, de reconocimiento de que" o tirabamos juntos del carro o el carro no se movía", celebrábamos ese reconocimiento no explícito de que solo a través de una Euskadi gris en el mejor espíritu del termino, ni blanca ni negra, podía sacar a este País adelante.

También nos acordábamos de lo que nos faltaba de recorrer, sin olvidar lo mucho que ya habíamos avanzado juntos. Porque no se trata de estar recordándonos permanentemente lo que nos separa, que para eso están todas las sesiones parlamentarias. Hay que buscar momentos para recordar lo mucho que nos une, que suele ser el mayor trozo del pastel, y del que no se habla tanto, por miedo a perder ese matiz diferenciador que permite a algunos alimentar determinados chiringuitos.

Probablemente, y en mi opinión, necesariamente, pasados treinta años, el texto necesite una relectura consensuada, ciertas modificaciones, o incluso, pasar a mejor vida dando paso a uno nuevo, pero siempre y cuando lo que salga consiga un apoyo político y social, por lo menos, parecido al que éste obtuvo hace treinta años. Y digo esto, porque creo que es necesario resaltar, aunque en este blog lo haya dicho ya varias veces, que cualquier alternativa no puede por sentido común, aunque el sistema democrático lo permita, reunir solamente el apoyo del 51% de la población. Eso no sería mas que un paso atrás de impredecibles consecuencias y seguir alimentando frustraciones de las que este pueblo está tan necesitado de alejarse.

Es cierto que quedan materias por transferir y áreas por desarrollar, pero la solución a una casa con goteras no es abandonarla y situarse a la intemperie junto a los "sin casa" (Arnaldos y cia.), sino intentar convencer desde dentro de las ventajas que supone arreglarlas entre todos.

¡Larga vida al espíritu estatutario!