Patxi López, cuando presentó sus cuentas, habían transcurrido 173 días desde que habia sido nombrado lehendakari. Martín Garitano lo hizo solo 132 días después y por la presión de las Juntas, pues remoloneó bastante. Mariano Rajoy, acosado por Europa y agobiado por la posibilidad del rescate a España, se dio prisa y tardó 98 días. El Lehendakari Urkullu va a tardar 85. Las cifras son de Txirene.
A mí no me importa tanto las prisas. Prefiero que tarde más si el resultado es consensuado y transversal. Si es así, habrá merecido la pena. Si no, habremos perdido otra gran oportunidad.