Aquí Pablo Aretxabala nos propone algunas:
- Elecciones con listas abiertas de manera que se limite el poder de los partidos a la hora de decidir quien sale elegido y quien no.
- Adopción de la CCAA como circunscripción única en elecciones generales y autonómicas de manera que el resultado sea más ajustado al principio de una persona un voto.
- Limitación en la permanencia en el cargo: dos mandatos es suficiente para cualquiera y hay que evitar a toda costa la profesionalización del político. La política no es una profesión, es un servicio a la comunidad y como tal ha de ser temporal.
- Posibilidad de someter a consulta la legislación aprobada en el Parlamento cuando lo solicite un % de la población.
- Reducción del nº de firmas necesarias para la Iniciativa Legislativa Popular y obligación de admitirla a trámite y debatirla.
- Transparencia absoluta de los partidos y en especial de sus cuentas: hacer los ingresos públicos tanto de instituciones como de privados y los gastos igualmente públicos.
- Auditoría externa real de las cuentas de los partidos: lo que hace ahora el Tribunal de Cuentas es de risa: lo nombran los propios partidos, audita con cinco años o más de retraso, y sólo entra en los papeles que le dan los partidos
- Transparencia total de los procesos de contratación de las administraciones públicas.
- Control real de la evolución del patrimonio de los cargos públicos.
- Dotación de medios suficientes a los jueces y tribunales para la investigación de los casos de corrupción política.