en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

martes, 26 de febrero de 2013

Pobre Italia. Esperemos que no sea contagioso.

La Democracia, a veces, da disgustos inesperados y desagradables sorpresas.

Cuando piensas que tus vecinos, influidos por el miedo, la presión social, la religión, el patrón, su jefe, consorte o por lo que sea o quien sea, introduce una papeleta en la urna no suficientemente meditada o de manera especialmente mediatizada, resultando elegidos declarados representantes antisistema, antidemócratas, ladrones ricos con personalísimos intereses, mafiosillos declarados, caras amables de  terroristas, etc ... corres el riesgo de dudar de las bondades de la Democracia.

Hoy muchos italianos pueden correr ese riesgo. El impresionante resultado de Berlusconi deprime al demócrata más optimista. 

El triunfo de Bersani va a resultar especialmente complicado de gestionar con un mafiosillo a un lado y un cómico metido a politiquillo por el otro. No le envidio en su trabajo y en la capacidad que va a tener que desarrollar para comerse sapos y culebras.