Me ha producido especial tristeza observar que lo que más rehuyen nuestros políticos, no es tanto la protesta de la calle, pudiendo constatar que hay innumerables ejemplos en los que nos han demostrado que "se la suda". Pero cuando esas protestas surgen en el seno del sacrosanto partido y ponen en peligro los débiles equilibrios internos, ¡Amigo! ¡Un paso atrás!, entonces se opta por la situación más fácil. Mi tocarlo. No hacer nada o no hacer lo que crees que deberia hacerse.
Y me ha resultado especialmente sorprendente que puestos a ahorrar, se meta con los músicos y ni se le ocurra nombrar la posibilidad de "fusionar" los cuatro parlamentos vascos que tenemos en la Comunidad y que, sin duda, originan un gasto bastante mayor, producen menos satisfacciones que las orquestas y su desaparición y fusión en un único parlamento no reduciría la capacidad de autogobierno vasco, sino más bien lo contrario.