Ayer ví la final de la Copa. Y al margen del juego y de los favoritos hubo dos cosas que no me resisto a dejar de comentar.
Me gusto el arbitro. Solo expulso a tres, pero ayer quedó demostrado que en casi cualquier partido, si se aplica el reglamento, cualquier equipo puede acabar con ocho jugadores tranquilamente en cada partido.
Me gusto el arbitro. Solo expulso a tres, pero ayer quedó demostrado que en casi cualquier partido, si se aplica el reglamento, cualquier equipo puede acabar con ocho jugadores tranquilamente en cada partido.
Y el segundo elemento, "simpático y llamativo" fue una señora de rosa que, cada vez que le "enchubaba" la cámara mostraba su permanente cara de aburrimiento y hastío. Indagando he descubierto que se trata de la esposa del presidente de la RFEF, la mujer de Villar. Estuvo todo el partido en "momento siesta prolongada". Villar, ¡no la tortures más!.