Pero ... ¿Por qué hay que insistir en mantener unido algo que por activa y por pasiva demuestra en su día a día que no quiere seguir actuando conjuntamente?
¿No será que Patxi se está intentando asegurar que, gane quien gane, él podría ser el firme candidato a presidir el partido, y por eso se hace fuerte en el discurso de la unidad, las ideas claras y de izquierda y en "no pasar a cuchillo a nadie" el día después?
Las cuadernas del PSOE han reventado completamente, dejando al partido abierto en canal, en estado comatoso, acechado por los insultos, la división y los cuchillos volando por encima de las cabezas de la militancia. Una realidad que, solo bajo una falsa unidad, al menos a corto plazo, podría arreglarse. Y para falsedades, ya ha habido bastantes.
En esta campaña se han visualizado dos tácticas políticas radicalmente distintas. Lógico sería pactar que quien gane se quede con las siglas y el otro presente su propia alternativa, clara y diferenciada, y sin miedo a las urnas, se presenten ante la ciudadanía.