A medio camino entre el esperpento valleinclanesco y el género del absurdo, las autoridades catalanas parecen decididas a instalar la política en clave de mascarada perpetua. Hoy nos hemos enterado que el Centro de Estudios de Opinión prepara un sondeo en el que preguntará a los catalanes si les parece importante obedecer siempre las leyes y las normas. No es una broma, aunque lo parezca.
Que un organismo público se dedique a preguntar una 'boutade' así es aberrante. Pese a todo, el Govern parece decidido a no dar marcha atrás en su estrategia. Tal vez porque la corrupción que enfanga a la antigua Convergència ya no le permite detener la escapada. (elmundo.es/opinión)