El Arriaga se ha sumado a la conmemoración del 450 aniversario del nacimiento de Monteverdi, el compositor que "inventó" la ópera y ha presentado hoy como primicia mundial esta vieja opera en el Arriaga. Una pieza que tiene ya 400 años y “aún así el tema que trata es actual porque habla de la existencia y de los sentimientos tan humanos que todos tenemos entorno a la vida. Con estética ochentera y apocalíptica, entre andamios y gomaespuma negra por doquier. El panorama de devastación se limita a crear un clima cenizo y cargado de malos presagios. Sin cargar más las tintas. Tampoco hay nada provocador en la aportación del DJ Janiv Oron, que hace unos pocos efectos especiales, ni en el trabajo de Hervé Thiot, proyectando en el fondo del escenario paisajes urbanos que dibuja en la pantalla de su iPad en directo intentando plasmar los mundos en los que Orfeo se ve envuelto. Cada día estas pinturas son en directo, serán diferentes siendo algo muy especial.
Lo único que irrumpe con violencia, a borbotones, o muy sutilmente, como la lengua de una ola, es la música de Monteverdi. Cargada de emociones y hasta de locura. Lamentos, madrigales, canciones, ... se encadenan sin tregua. El espectáculo ronda los 100 minutos y exprime hasta la última gota de Jonathan McGovern, el empeñoso barítono inglés que encarna al protagonista. Lo mismo tiene que menearse como un poseso al son de los estribillos orquestales que trepar de barra en barra por los andamios.
Para dar cuerpo y voz a los personajes de ‘Orfeo’, dispone de un equipo de solistas –treintañeros en su mayoría– de calidad desigual y del coro San Juan Bautista Abesbatza que dirige el leiotarra Basilio Astúlez. Gente que irradia energía y desinhibición. Sin perder en ningún momento el compás y ritmo que marca el maestro Karel Valter, al frente de la prestigiosa Orquesta Barroca de Sevilla, con bastantes músicos vascos. Es una agrupación que toca antiguallas maravillosas junto al público de las primeras filas, como sacabuches y largas tiorbas pero no se espanta, en absoluto, ante lo que acontece sobre el escenario.
Brillante, espectacular y muy digna producción del Teatro Arriaga.