El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 10 de enero de 2018

Se va, se va, Artur Mas se va.

Como consecuencia directa del paso en falso del 2012, cuando con su golpe de timón al catalanismo embarcó a Catalunya en la actual deriva independentista. Hace seis años Artur Mas atesoraba al frente de CiU más poder institucional del que jamás llegó a detentar Jordi Pujol: presidía la Generalitat con 62 diputados en el Parlament, regía el Ayuntamiento de Barcelona y las cuatro diputaciones y, por vez primera, había vencido en unas generales en Catalunya. 

Hoy son historia tanto CiU como la propia Convergència, acechada esta por la financiación ilegal y a la espera de condena por el 'caso Palau'.

El malogrado PDECat ha sido suplantado por el Junts per Catalunya de Carles Puigdemont (34 escaños), derrotado en las urnas por Ciutadans

Y Catalunya está dividida como nunca, con la autonomía suspendida y la gobernabilidad, en el aire.

De aquella deriva, estos lodos.