El presidente francés, Emmanuel Macron, ha frenado en seco las aspiraciones de Turquía de integrarse en la Unión Europea (UE), aunque abogó por ofrecer a ese país una salida más realista en forma de "cooperación o asociación". Por fin, desde la cúpula de la Unión Europea el mensaje es claro y no admite dudas. Un mensaje razonable que no admite dudas desde la política realista.
Ha dejado claro que será mejor para todos repensar la fórmula de la relación entre la UE y Turquía antes que insistir en una adhesión quimérica que hoy por hoy es una "hipocresía" que ha "fatigado" por un lado a los turcos y por otro a los europeos que veíamos con preocupación esa boda imposible.
La UE no siempre ha hecho bien con Turquía, porque ha dejado creer que había cosas posibles cuando no lo eran, ha cansado a gente que eramos proeuropea y ha alimentado el cinismo. La opción de la "cooperación o asociación" que se plantea con Turquía podría extenderse a otros paises limítrofes, y a algunos que ya están dentro pero quizas podrían dar un paso atrás, bien como el caso del Brexit o bien porque su incorporación fue demasiado prematura.