La primera ley antitabaco en España se aprobó en 2005 y entró en vigor al año siguiente. Posteriormente, se modificó en 2010, con la prohibición de fumar, sin excepciones, en cualquier tipo de espacio colectivo que no estuviera al aire libre.
FOTO : FERRAN NADEU TEXTO : EL Periódico |
Estas medidas, que en su día aparecieron como radicales pero han sido integradas en la normalidad, han contribuido sin duda al proceso de reducción del consumo de una sustancia que es responsable del 30% de las muertes por cáncer y también de otras múltiples enfermedades respiratorias y cardiovasculares y de disfunciones orgánicas.
Pero, a criterio de las autoridades sanitarias y a tenor de las cifras que se barajan, no son suficientes. España es aún el país que más fuma de Europa, con un porcentaje de un 24% de fumadores sobre el total de la población.
Se han puesto últimamente sobre la mesa distintas reglamentaciones que, de fructificar la ley, se convertirán en normas de obligado complimiento: prohibiciones en un perímetro en el entorno de colegios y hospitales, en todas las terrazas (también en las abiertas por completo) e incluso en el interior de los vehículos.
El sector de la restauración se resiste. pero, aunque su preocupación es comprensible, la resolución final de este debate nunca deberá dejar de tener, como objetivo prioritario, la defensa del fumador involuntario.