El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 14 de agosto de 2019

Isabel Díaz Ayuso, una pepera de diseño cuya honestidad brilla por su ausencia.

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Ayer comenzó su investidura en Madrid, y hoy se preveé que termine siendo la nueva Presidente de la Comunidad pero, al igual que sus predecesores, ya se encuentra cada vez más acorralada por la sombra de la corrupción y la falta de honestidad. 
Su presunta relación con miembros de la trama Púnica es sólo la punta del iceberg; a ello se suma el deplorable impago del IBI durante 5 años pese a contar con una posición económica privilegiada. 
En realidad, Díaz Ayuso es el prototipo de clase política del Partido Popular (PP), es una pepera de diseño que ilustra a la perfección la idiosincrasia de los cargos políticos del PP, a la luz de la extensa lista de casos.
Esperar que alguien corrupto sea honesto es una ingenuidad porque el camino discurre al revés: la persona deshonesta es la que puede terminar siendo corrupta, no a la inversa. Por clarificar, la deshonestidad es el paso previo y si a Díaz Ayuso se le puede conceder todavía la presunción de inocencia en lo que a la Púnica se refiere, en cuanto a su honestidad, ésta brilla por su ausencia.