¿Por qué no se les pone buenas multas a los creadores de bulos y de noticias falsas en cuanto se demuestra que lo son?
En pocos días sería otra cosa.

jueves, 1 de agosto de 2019

Boris Johnson, el bocas, quizás no pueda ejecutar su amenaza y tendrá que ser la UE quien decida. Y en ese caso, un Gobierno en funciones sería una solemne estupidez.

El actual presidente británico, por muy bocazas que sea, por muy pro Trump y por muy antieuropeo que sea, seguirá teniendo el mismo obstáculo para alcanzar su objetivo, el mismo que paralizó a Teresa May. En su Parlamento no hay mayoría para aprobar una salida del Reino Unido de la Unión Europea sin un acuerdo de separación. 

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Y si eso sigue así, desgraciadamente, no es para el Brexit para lo que tendrán que prepararse los Gobiernos de los países de la Unión Europea, incluido el de España, sino para la parálisis de las relaciones entre la UE y el Reino Unido, como consecuencia de la parálisis interna en el sistema político británico. 

Tal como están las cosas en este momento sería más probable que fueran los países de la Unión Europea los que tuvieran que decidir cómo, en qué condiciones y hasta cuándo el Reino Unido puede seguir en la UE sin decidir de manera definitiva qué es lo que quiere hacer. 

El Reino Unido no parece encontrarse en condiciones de tomar la decisión y en consecuencia el 31 de octubre el Reino Unido no se va a poder ir. Serán los demás países de la UE los que tendrán que decidir si le permiten seguir o no en su estado de indefinición.

Para hacer frente a una circunstancia de esa naturaleza sería todavía más importante que se hubiera producido la investidura que para hacer frente al Brexit propiamente dicho. 

Si se produce el Brexit, la UE en general y cada Estado miembro en particular tendrán que reaccionar ante el hecho consumado. Pero si no se produce, tendrán que entablar entre todos ellos negociaciones para ver cómo se consigue superar la situación de parálisis. Un presidente en funciones sería un convidado de piedra.

Nuevas elecciones, una enorme estupidez política.