El periodista de EL CORREO ÓSCAR B. DE OTÁLORA, escribe hoy en ese diario un comentario sobre ese tipo de personas que durante estos últimos meses han salido a la luz de manera desgraciada, porque entre los muchos y graves daños colaterales de la pandemia se encuentra el auge de un extremismo social en el que se mezclan pseudociencias, radicalismo y planteamientos antisistema.
Este fin de semana, por ejemplo, 40.000 personas se manifestaban en Berlín para protestar por las medidas adoptadas contra la pandemia. Entre ellos, un importante grupo de neonazis que llegó a asaltar el Parlamento. A estos malvados se ha unido el grupo de ‘covidiotas’, término acuñado en las redes para referirse a quienes tienen actitudes negacionistas o simplemente consideran que no llevar mascarillas es un acto de rebeldía.
En España, Miguel Bosé representa esta última variante. Y contamos con personajes mixtos, como el hombre detenido hace una semana en Zaragoza por llamar a la violencia en las redes y que se hacía pasar por un cargo público para lanzar falsas proclamas sobre el virus. Inexplicablemente, su cuenta sigue activa en Twitter.
La mezcla es explosiva porque une a ‘celebrities’, delincuentes, sectarios y narcisistas de las redes en una causa que solo causa dolor.
