Los resultados de ayer muestran un claro giro electoral a la derecha en España. Una marea que sigue mayoritariamente con la línea europea y en la estela de Trump.
Da igual la corrupción, carecer de programa, desmontar la sanidad y la enseñanza pública, no hablar de los problemas locales, defender a las inmobiliarias en vez de a los inquilinos, despreciar el calentamiento global, a las mujeres y al mundo LGTBI.
Les basta decir “comunismo”, ETA y "España se rompe" y son miles los ciudadanos que responden a esos eslóganes simplones cuando no claramente alejados de la verdad.
Solo cabe pensar que los representantes y responsables políticos de los grandes partidos progresistas del Estado hayan entendido el mensaje enviado este domingo por la ciudadanía. O cambiamos los marcos mediáticos y trabajamos por la unidad de acción y organizativa de las actuales diferentes alternativas progresistas o viene el desierto más desolador.
Es tiempo de tejer otra vez relatos firmes y reencontrar consensos.
Si alguno/a no lo entendiese así, sería un gran irresponsable.