Por una parte la sorpresa sorprende. Es ya demasiado larga la lista de condenados por pertenencia o colaboración con ETA que vienen ocupando puestos relevantes en las instituciones sin haber sido hasta hoy motivo de especial escándalo. El cumplimiento de la condena supone un borrón y cuenta nueva de pasadas responsabilidades. Y si "jugamos" a la Democracia respetemos todas las reglas. Al PP le resulta especialmente útil recurrir a esta "excusa" cuando le faltan argumentos para mantener dialogos y debates más actuales.
Pero por otra parte, cualquiera con sentido común y un poco de corazoncito entenderá que debe de ser insoportable, en el caso más extremo, ver erigido a representante ejemplar de tu pueblo a quien sigues recordando como el asesino de quien más querías. Tal ofensa, podían y debían haberla evitado quienes tantas lágrimas de cocodrilo han vertido y tanto se han llenado la boca de falsos lamentos por las víctimas que ETA ha causado. Es, por tanto, una afrenta que suma a las que ensucian su pasado un cinismo que envilece también su presente.
Bildu está llevando a cabo en estos últimos tiempos una evolución que nos lleva al optimismo, la IA –es decir, Sortu– ha dado un penúltimo paso en el camino hacia su total aceptación como uno más de los agentes que actúan en las instituciones democráticas. Pero también es cierto que, a pesar de abandonar los "ongietorris", este otro formato de bienvenida a la normalidad supone la inclusión de los más indeseables en el espacio más noble del sistema democrático: la elegibilidad como representantes de la ciudadanía.
Y mientras sigamos así, el pasado nos acompañará pegado a la memoria como un chicle a la suela del zapato del que no será fácil deshacerse.
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Última hora :
Tras publicar este post me entero que siete de los implicados en "el lio de las listas" se han retirado de las mismas.
Me parece una buena noticia,
un reconocimiento del error,
y un paso adelante.
Pero les siguen quedando muchos por dar.