Los titulares de la prensa europea anuncian que en Francia la izquierda francesa impulsa un “nuevo frente popular” para evitar la victoria de Le Pen en las legislativas. El nuevo "frente" agruparía desde la izquierda radical y euroescéptica a los socialdemócratas favorables a la UE y a la OTAN, además de los sindicatos y han anunciado un principio de acuerdo para presentar candidatos únicos con un “programa de ruptura” y medidas que se aplicarían en los 100 primeros días de Gobierno. Primera impresión, sorpresa. Pero me parece una propuesta que necesita de una reflexión antes de soltar el monosílabo.
En Francia tres escenarios se perfilan tras las elecciones.
El primero, una nueva mayoría macronista, o en coalición con la derecha moderada, que le permitiese seguir gobernando.
Otro escenario es el de una Asamblea Nacional sin ningún partido dominante y, por tanto, ingobernable, salvo que se construyan coaliciones de Gobierno, algo alejado de la cultura política francesa.
El tercer escenario es el de un hemiciclo en el que el RN fuese la primera fuerza y el futuro primer ministro saliese de este grupo.
En España no hemos llegado "todavía" a esta situación.
Espero que los franceses sepan darnos un ejemplo de unidad democrática que nos sirva para responder conjuntamente a todos los fascistas y sus amigos o compañeros de viaje.
El primero, una nueva mayoría macronista, o en coalición con la derecha moderada, que le permitiese seguir gobernando.
Otro escenario es el de una Asamblea Nacional sin ningún partido dominante y, por tanto, ingobernable, salvo que se construyan coaliciones de Gobierno, algo alejado de la cultura política francesa.
El tercer escenario es el de un hemiciclo en el que el RN fuese la primera fuerza y el futuro primer ministro saliese de este grupo.
En España no hemos llegado "todavía" a esta situación.
Espero que los franceses sepan darnos un ejemplo de unidad democrática que nos sirva para responder conjuntamente a todos los fascistas y sus amigos o compañeros de viaje.