Assange recupera su vida, o al menos una parte de ella, pero quien realmente ha ganado no ha sido él sino aquellos que lo acosaron y que forman parte de un universo que al amparo de la guerra contra el terrorismo se escapa del control democrático y lo socava desde dentro.
El mensaje que esta decisión transmite es el de que, si se desafía a gobiernos y grupos de poder, cualesquiera que sean, la persecución, cuando no la eliminación, será la norma.
El mensaje que esta decisión transmite es el de que, si se desafía a gobiernos y grupos de poder, cualesquiera que sean, la persecución, cuando no la eliminación, será la norma.
La manipulación de la verdad, la mentira y la falsedad contaminan así unas sociedades en las que quienes luchen por que prevalezca dicha verdad serán acosados sin piedad y en la que surgirán nuevas formas de totalitarismo, como ya estamos comprobando con puntas del iceberg como esta.