«Gobernar o dirigir un país o una organización es pactar, y pactar no es ceder»

lunes, 2 de julio de 2007

Mi Partido y su crisis -..., III, ...- OTA sí, OTA no, ...

Comenzamos el mes con la esperanza de que las aguas vuelvan pausadamente a su cauce. Y eso espero sinceramente. Ahora bien, yo había presupuesto que el protagonista del mayor batacazo de la historia del Partido en Sopelana habría aprendido de los errores propios y/o ajenos, pero ya veo que no. Y me explico.

En la anterior legislatura, hubo más de una y mas de cien decisiones municipales que se tomaron unilateralmente, y que luego, por aquello de que eramos un equipo, había que vestirlo y defenderlo como cosa más genérica y más de equipo. Hasta que estalló.

Pero nada más comenzar esta legislatura, el que tendría que haber deducido que ese tipo de actitudes queman, molestan, disgustan y dejan mal sabor de boca en su entorno, no ha dudado en sorprendernos con su unilateral decisión de eliminar la OTA.

Y vayamos por partes. En su familia política, hasta donde llego, y algo ya llego, me consta que ha consultado mas bien poco y a pocos, cuando el tema merece cuando menos algún rato para comentar las ventajas e inconvenientes de tan importante decisión. Si para ponerlo hubo estudios ajenos al Ayuntamiento, reuniones de partido y demás, adoptar la postura contraria si hubiera requerido algo más que enterarnos por el periódico de la medida adoptada.

Por cierto, si me hubiesen preguntado, hubiera respondido que yo sigo siendo partidario de mantener cierta regulación en los aparcamientos de las zonas más concurridas del municipio. Se puede denominar de otra forma, gestionar de otra manera, abarcar más o menos calles, modificar horarios, calendarios y/o precios, pero la regulación de los aparcamientos me parece una medida buena y necesaria, y que si ahora se quita por presiones políticas, estoy convencido que más pronto que tarde, volveremos a implantar una medida similar.

Por otra parte, y volviendo al sujeto de la noticia en la prensa, parece que ha querido anteponerse a las posibles exigencias que la oposición pueda hacerle en el próximo Pleno. Ahora bien, esta dinámica, además de peligrosa, puede llevarle a terminar gestionando las decisiones que le marque la oposición, y la verdad, que visto ahora a media distancia suena raro, raro, raro.