«Gobernar o dirigir un país o una organización es pactar, y pactar no es ceder»

miércoles, 18 de julio de 2007

Saramago e Iberia

Ya que hoy es 18 de Julio, me apetece remover el tema de la sacrosanta unidad de la patria y, qué mejor manera de relativizar el asunto que haciendo posible su cambio de límites de una manera distinta a la que se ha podido reivindicar por muchos sectores hasta ahora. En vez de proponer su disgregación y consecuente disminución territorial, proponer su ampliación. El premio Nobel de literatura José Saramago, en una entrevista que ha concedido recientemente, cree que Portugal acabará por convertirse en una comunidad autónoma más de España, con el mismo rango que Cataluña, Galicia o Castilla-La Mancha, integrándose así en un país nuevo, que se llamaría "probablemente" Iberia para que el nombre de España no ofendiese "los bríos de los portugueses".

José Saramago, en EL PAIS, profetiza que Portugal y España acabarán uniéndose en un nuevo país: Iberia. Según su planteamiento, Portugal disfrutaría de un estatus similar al de Cataluña en un nuevo estado federal. “Con diez millones de habitantes, (Portugal) tendría todo que ganar en cuanto a desarrollo, y no sería una cesión ni acabar con el país, continuaría de otra manera. No se dejaría de hablar, de pensar y de sentir en portugués, (…) y no seríamos gobernados por españoles, habría representantes de los partidos de ambos países en un parlamento único con todas las fuerzas políticas de Iberia”, dice Saramago.

Ignacio Escolar
también se hace eco de la noticia. Y comenta cómo este debate, sorprendente en España, es recurrente en Portugal, que mira a su único vecino con mucho más intereses del que los españoles les prestamos (siempre pasa igual: el país pobre mira al rico e ignora al que es más pobre que él; nosotros somos a Francia como España a Portugal, como Portugal a Marruecos). No es la primera vez que el escritor portugués plantea esta hipótesis.

Una de sus novelas, La Balsa de Piedra, imagina qué pasaría entre ambos países si una grieta en los Pirineos nos separase de Europa convirtiendo la península en una nueva isla. En realidad, las diferencias culturales entre ambos países no son mucho mayores a las que ya existen entre nuestras propias actuales comunidades autónomas.

¿Todos somos ibéricos? Quizás no sea una idea descabellada.