La energía de activación de los sistemas, es decir, el esfuerzo que necesita un nuevo actor para saltar la barrera de entrada competitiva en un sector o mercado, es cada vez menor. Como dice Thomas Friedman, el mundo comienza a ser plano. Esto es, más mallado de red, y menos “cuestas” y “pendientes” para países y entornos que quieren entrar en el sistema. Y para los que trabajamos desde nuestras convicciones por una sociedad más justa, esto supone nuevas oportunidades para ese 80% de la humanidad que ha quedado en el último siglo desplazado de los espacios de desarrollo.
De las naciones a las redes. De David de Ugarte, Pere Quintana, Enrique Gomez y Arnau Fuentes. Prólogo de J. J. Imaz.