Las crisis económicas y las religiones siempre han tenido una relación estrecha entre ellas. Saben las autoridades religiosas que les viene una época de aumento de clientela.
Y hablando de crisis económicas y de religiones, la Iglesia de Roma ha dado un ejemplo de previsión que para sí hubiesen querido muchos analistas y directores de grandes empresas.
Resulta que por un lado, el obispo de Roma ha manifestado, y por lo que se ve no le falta razón, que "a diferencia de los valores bursátiles, la palabra de Dios es estable como el cielo", pero lo que no ha dicho es eso de que "A Dios rogando y con el mazo dando" que actualizado quiere decir, el Reino de Dios arriba y el reino del Vaticano abajo, y se hace lo que haga falta para mantenerlo y no perder ni un ápice de la fortuna acumulada.
Para ello nada mejor que, sin estruendos ni algarabías, ir convirtiendo las inversiones multimillonarias de aquí y de allí en barritas de oro , que en estas épocas es más seguro y estable. De esta forma han doblado, de momento, la cantidad de ese maravilloso metal amarillo juntando en su pequeño estado la no pequeña cantidad de ¡¡ una tonelada de barritas !!
Jopelines con la Iglesia de los podres. Pobres sí, pero solo de espíritu.