Parece que los de Ezker Batua, tras varios años de discusión sobre la famosa "consulta" se han dado cuenta de que qué bonito sería empezar la casa por los cimientos y trabajar por la aprobación en el Parlamento vasco de una ley de participación ciudadana que regule la convocatoria de consultas sobre asuntos políticos, económicos y sociales.
A esto añado que la idea me parece estupenda, pero como seamos otra vez animales capaces de tropezar dos veces en la misma piedra y no trabajemos por conseguir que la susodicha ley sea aprobada por la gran parte de los miembros de la cámara y no solo por el 51% no habremos avanzado gran cosa.
Que el actual sistema solo escucha, y poco, a la sociedad cada cuatro años, es cierto, triste pero evidente. Que los avances tecnológicos, si se quisiera, podrían permitir que los caducos sistemas electorales actuales pasasen al baúl de los recuerdos, también. Que el preguntar a los ciudadanos de un municipio, y sobre todo con caracter decisorio, temas como el del TAV, la ubicación de centros penitenciarios, centrales térmicas o nucleares, incineradoras o políticas fiscales es, cuando menos dicutible, evidente.
Para terminar, decir que preguntar a la ciudadanía no es ningún desvario, casi todos de acuerdo. Lo de preguntar sin consensuar previamente, eso ya es otra historia ¿No?