La Unión Europea debería quitarle al Gobierno y a la televisión israelíes la posibilidad de usar a sus cantantes
para blanquear su imagen y proyectar al mundo un país moderno, inclusivo, tolerante y progresista.

lunes, 30 de octubre de 2017

Entre el ridículo y lo épico, entre lo chusco y lo glorioso.

elpais.com/elpais/2017/10/29/opinion/
Suponíamos que proclamar una república 
era un acto épico, revolucionario, 
que respiraba efluvios del asalto a la Bastilla. 
Y resulta que íbamos errados.

Ocurre que uno la proclama por la tarde, 
se la suspenden a vuelta de correo 
y celebra tan pancho el fiasco, 
de noche, con los amigotes, 
en la pizzería de la esquina.

El mensaje del ex resultó penoso: 
ni una idea, ni una estrategia, ni una propuesta. 
Solo la apelación a que los ciudadanos catalanes 
actúen como escudo humano de su fracasado proyecto. 
Resulta irritante tanta reiteración en ese mismo empeño.

Todos estos estertores de la triste verbena del Parlament 
actualizan la pinza que la historia contemporánea de Cataluña 
aprieta contra sus sufridores: 
entre el ridículo y lo épico, entre lo chusco y lo glorioso.