ANC y Òmnium hicieron un acto de fuerza al invitar a la gente a retirar dinero de los bancos, lo que se convirtió en un mensaje endiablado a los mercados. Con un problema: la credibilidad del país quedó seriamente tocada. El profesor Antón Costas lo definió así: “Es como escupir al cielo, tú mismo te ensucias”.
Hace una década, el gobierno nacionalista de CDC proclamaba que quería un país business friendly, y ahora sus herederos lanzan iniciativas antisistema que dejan atónitos por igual al Financial Times o al FMI.
El tuit del conseller de Empresa, Santi Vila fue bastante claro y evidente: “Poner en riesgo la economía es un autogol”.
Así están las cosas y parece que nadie se baja del burro.