"Estamos en el año 2017 d.C.
Casi toda Hispania está ocupada por los franquistas.
¿Toda? ¡No! Una aldea poblada
por irreductibles catalanes resiste,
todavía y como siempre, al invasor.
Y la vida no es fácil para las guarniciones
de legionarios romanos en los reducidos campamentos
del puerto de Barcino...".
Así han leído la realidad amplias capas
de la población local estos días,
intoxicadas por los tribunos tribales catalibanes,
algunos por vocación;
otros, preocupados por la inminente entrada en vigor
en Andorra de la normativa de transparencia bancaria.
Pero no: son los piratas que autosabotean su barco
cada vez que se topan con la dupla Astérix-Obélix u, hoy,
cuando en lontananza columbran 155 trirremes romanos
de cuadrada vela y latinidad civilizadora.