Ojalá tras el pitido final podamos relatar que no será la última. Pero en la antesala del choque, envueltos por una frialdad y un desencanto que hacía mucho tiempo no se mascaba con tanta evidencia, bien podría afirmarse que el duelo de mañana frente al Olympique de Marsella en San Mamés se presenta como la gran cita de la temporada para los leones. Quizá la última oportunidad del presente curso para conquistar la reconciliación.
Por cierto, si hay un termómetro incuestionable para medir el grado de vinculación afectiva y pasional entre un equipo y su afición ese es el número de asientos vacíos en el estadio. Y sentir una Catedral hueca, con la peor asistencia del campeonato liguero (30.000 espectadores) y 23.000 ausencias con la entrada pagada (incluso con la posibilidad de transferir el carnet de socio) bien merecen una profunda reflexión.
Si la esperanza es lo último que se pierde, yo me apunto a soñar aunque pinten bastos. (ANDONI AYARZA - EL CORREO).