El Putin ruso no es comunista ni por asomo, y la América grande de Trump no es tampoco aquel país de las libertades del que tanto presumían.
Va camino de convertirse en una autocracia que impone la voluntad del presidente sobre todo, incluso sobre la justicia.
Ambos, Putin y Trump, son grandes colegas desde hace años, como hemos repetido algunos reiteradamente.
Y sus intereses no se dirigen prioritariamente al bienestar de sus ciudadanos.

miércoles, 15 de abril de 2009

No hay daño que no tenga apaño.

Comentaba ayer Miquel Molina en LaVanguardia, y no le falta razón, que de alguna manera con el tema de la piratería informática todos podemos salir ganando de una u otra manera. Expliquémonos. Todo tiene sus ventajas. Los amantes de la música en vivo estamos de suerte desde que la caída de la venta de discos obliga a los artistas a volver a los escenarios. En el mismo sentido, si actuar en las películas deja de ser tan lucrativo por culpa de la piratería, los buenos actores de cine tenderán a refugiarse en el teatro, que es el arte que mejor resiste las revoluciones tecnológicas. Serán muy bienvenidos.