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| Foto y texto recogido del artículo de . Gurrutxaga en EL CORREO 29-III-2013 |
Un año más, ha pasado la fecha del Aberri Eguna, una fecha en la que se solía esperar que la banda dijera algo positivo. Es cierto que iniciamos la semana anterior hablando de un vídeo que tienen por ahí, pero nos bajaron del guindo anunciándonos que estaban muy enfadados porque ya, desde que no matan, nadie les hace ni caso.
Afirman que la eliminación del «espacio para el diálogo y la negociación» constituye un paso atrás que va a tener «consecuencias negativas», en la medida que «dificulta y retrasa la resolución del conflicto». Sin embargo, no dicen cuáles pueden ser esas consecuencias y lo que podrían significar respecto a la decisión presentada como histórica sobre el cese definitivo de la lucha armada, tratando de crear y extender un ambiente de presión y miedo a su "regreso" sobre la ciudadanía y los grupos políticos.
Sin embargo, pese a la advertencia, ETA sabe, aunque trata de ocultarlo, que la única secuencia lógica y esperable de su decisión unilateral de dar por finalizada la fase de la lucha armada es su desarme y consiguiente disolución. Si se quiere ser coherente con la llamada estrategia de la unilateralidad no cabe más que profundizar en la misma, adoptando las decisiones que le exigen los vascos.
No se trata de buscar soluciones creativas o imaginativas, sino de ser coherentes. Otegi, en su libro ‘El tiempo de las luces’, dice que hay que ser claros en este asunto y afirma: «El cese de la violencia armada tiene carácter unilateral, no tiene contrapartidas».
Este es el callejón estrecho, pero no cerrado, en el que se encuentra ETA, donde no hay más vía de salida que tomar cuanto antes con determinación la decisión de la autodisolución, sin esperar a que se establezcan imposibles escenarios de bilateralidad donde poder vestir la autodisolución como si fuera una ‘disolución acordada’ en el marco de una negociación con el Estado español.
Hubiera sido bonito que hoy hubiesen anunciado su disolución pero, una vez mas, han desaprovechado su enésima oportunidad.
