Cuando era niña en Corea del Norte, Hyeonseo Lee pensaba que su país era "el mejor del planeta." No fue hasta la hambruna de los años 90 que comenzó a cuestionarse. Escapó del país cuando tenía 14 años para comenzar una vida en la clandestinidad, como refugiada en China. La suya es una desgarradora historia personal de supervivencia y esperanza y un poderoso recordatorio de aquellos que enfrentan peligro constante, incluso cuando la frontera se queda atrás.
Mientras Trump habla del éxito del plan de paz, los israelíes mantienen los dedos en los gatillos de armas que siguen apuntadas a la población civil de Gaza. (martin.gak)