El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

domingo, 7 de abril de 2013

¿Qué puede aportar la Izquierda Abertzale a la escena política vasca?

Los candidatos de Bildu al Parlamento de Navarra,
Maiorga Ramírez y Bakartzo Ruiz. Foto: Efe
Texto de Ander Gurrutxaga - Catedrático de Sociología
Recogido del blog lamentable.org
No nos engañemos, el proyecto político de la izquierda abertzale no es lo que fue. Otras fuerzas políticas y otras actores han invadido su espacio electoral y los cambios- algunos estructurales- ocurridos en la sociedad han terminado por impactar en su discurso, en su legado, en sus bases sociales y en capacidad de reproducción. Por otra parte, la confianza de la sociedad civil vasca desapareció hace ya algunos años, otras fuerzas políticas ignoran su presencia y la ilegalización les creó, en su momento, problemas insuperables ¿Qué pueden aportar a la escena política vasca? La que todos esperan y la que, probablemente muchos de sus militantes desean, es que diga a ETA que está acabada, que el proceso histórico la ha colocado en su momento final y que el futuro y la dinámica del mundo no cuenta con ellos. Éste es el papel más significativo que se espera de la izquierda abertzale, y éste debiera ser el a priori de su estrategia. Otras cuestiones a las que se refiere con profusión como: el reconocimiento del derecho a decidir, la construcción de la comunidad nacionalista, etc, son asuntos que tienen un recorrido y una lógica, irrealizable, si la primera de las cuestiones no se resuelve. Pero si no puede o no quiere hablar de lo que debe ser su rol principal: ¿de qué puede ocuparse? ¿a qué debe dedicarse? La respuesta no puede estar en esa modalidad de huida permanente, basándose en una retórica confusa y enrevesada, sólo a disposición de hermeneutas bien adiestrados o en la recreación del espíritu de Peter Pan, al que tan aficionados han demostrado ser en los últimos años. No pueden escaparse de la gestión de las consecuencias de su actividad ni trasladar las responsabilidades que producen a los demás. 

El presente de la transición de la izquierda abertzale no pasa por recordar al resto de las fuerzas políticas lo que deben hacer, sino dar a conocer cómo van a resolver las consecuencias de su dedicación política principal: terminar con el período histórico de ETA. Este es el dilema que no terminan de plantear. El cuadro de su agenda puede ser política, pero sin resolver este enigma y sus consecuencias, su política es menos creíble..