La situación creada en Catalunya es grave. Muy grave. No sólo por lo que pueda pasar en los próximos días. Creo que desde los centros de poder españoles se infravalora la profundidad de la protesta y la desafección, que contiene muchos grados y matices. Lo sabemos desde hace mucho tiempo y se ha querido ignorar.
En pocas palabras: se está abriendo el ciclo histórico de la separación de Catalunya de España, con el insensato aplauso de las tertulias de Madrid. Los europeos lo ven, la corte madrileña, no.