en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Así no. Aplaudir a verdugos concretos y recordar a sus víctimas en abstracto.

Mario tenía una niña de 5 años cuando lo asesinaron estando solo en su coche. Joxemiel fue condenado por la hazaña a 33 años de cárcel. Antonio tenía una de 9, y Pedro una mujer embarazada cuando una bomba activada a distancia los mató e hirió a otros doce agentes. Joxemiel fue condenado por la gesta a 145 años entre rejas. Julio tenía tres hijos de 11, 8 y 3 cuando lo encerraron en un “ataúd blanco” durante 116 días y extorsionaron durante muchos más. Antonio, con un crío de 5, también sufrió un calvario de 532 noches bajo tierra. Joxemiel fue condenado a tres lustros de prisión por el primer secuestro, a tres décadas por el segundo.
En la imagen la excarcelación de un preso etarra.
El artículo es de Xabi Larrañaga y fue publicado ayer en
noticias de Navarra
Se cree que José Miguel Gaztelu participó en más atentados. Se sabe que lleva un mes en la calle. Y, como el currículum lo merece -tres cadáveres, tres huérfanos, dos tumbas en vida-, al llegar a Bergara lo homenajearon vecinos y varios concejales. Le abrieron un pasillo entre banderas, vítores y bengalas, le bailaron un aurresku de honor, le cantaron unos sentidos bertsos, le regalaron flores orales y reales, y la segunda fuerza municipal le dedicó un tuit navideño -¡Gaztelu vuelve a casa!-. El Prenda igual también.
Para hoy han preparado algo similar en Elizondo, y al parecer a este lado del Misisipi el sarao solo nos asquea a los aguafiestas. Yo ignoro si se debe prohibir, pero al menos debería denunciarse sin vaguedad partidista ni táctica. Pues si la reconciliación consiste en aplaudir a verdugos concretos y recordar a sus víctimas en abstracto, aquí los únicos reconciliados son los pistoleros y su club de fans. En fin, que un día todos dirán que estuvo feo, y así de bonito va quedando el relato.