Sabemos que están ahí. Habitan entre nosotros. Braman contra los rojos, los moros, los maricones, los que no visten, ni peinan como Dios manda…
Son esos cafres que a veces nos encontramos en los bares, en reuniones familiares, en los centros de trabajo...
Hay quien los considera la cuota facha de nuestra sociedad. Van más allá los que todo lo solucionarían persiguiendo, apartando, expulsando, matando… Odian.
Son peligrosos. No es de recibo confiar la seguridad de todos en esta gente que hace llamamientos para perseguir o matar a una parte de la sociedad.