en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 11 de marzo de 2019

No hay presos vascos. Hay vascos asesinos, violadores, ladrones, traficantes, etc ... que están en la carcel.


Hoy es el Día Internacional de las Victimas del Terrorismo. Pero en este país, avanzamos muy lentamente. Ayer, sin ir mas lejos, en Sopelana, se volvió a producir uno de esos actos que dan asco. Y me explico.

Familiares, amigos y compañeros de "ideología" de Sergio Polo, salieron a la plaza del pueblo a reivindicar que quien fue ciudadano de este municipio, y hoy está en la cárcel, vuelva "a casa".


En ningún momento se plantearon en público por qué esta en la cárcel. Nadie recordó que fue acusado de integrar varios comandos de ETA Militar,  ni su responsabilidad en  los efectos intervenidos en aquel piso de Pasajes, donde se encontraron varias bombas lapa escondidas dentro de tarteras, que coincidían con el artefacto utilizado en el atentado que asesino a un militar y causó graves heridas a su hija y a tres viandantes. Eso no lo recuerdan. No lo condenan. Y simplemente reclaman la libertad del asesino. Inaudito.

Es una vergüenza que se hable de presos vascos, como si el adjetivo supusiese que la condena de la justicia haya sido injusta, y que se encuentre en prisión simplemente por serlo. No hay en el planeta Tierra ningún preso que lo esté por ser vasco. Lo está por ser asesino, violador, traficante, ladrón o cualquier otro incumplimiento legal. Dejen de intentar engañar. 

Y fue una vergüenza que se aprobase en su momento, en el Ayuntamiento, una moción de EH Bildu en la que muestra su preocupación por la salud del asesino sin condenar los motivos por los que está en la cárcel. Y para aprobarla, por cierto, fue necesario que el PNV se lavase las manos en modo de abstención. Triste.

Y puedo entender que 20 años de cárcel es la hostia. Que él solito se ha jodido la vida. Sí. Pero el muerto por el que está en la cárcel, ese ya no tiene ninguna opción.

Y si además, las muestras de arrepentimiento y perdón hacia sus víctimas son nulas o especialmente tímidas, no esperen que la mayoría de la ciudadanía muestre ningún tipo de clemencia.