Para los que tenemos cierta edad y años para ver la evolución de nuestra ría
y podemos confirmar sin ninguna duda su afortunada mejora ecológica
es una gozada bajar paseando tranquilamente por el puente del Arenal
y poder acercarse a la barandilla para observar cómo miles de peces
bajan las aguas del Nervión relajadamente ayudados por la marea.