en la que los catalanes elegirán su Parlamento.
en la que elegiremos el nuevo Parlamento Europeo.

martes, 3 de septiembre de 2019

Sería de agradecer un poco de ese histórico laicismo que caracterizó a la izquierda porque pañuelo y libertad son oxímoron

Nadie duda que ir por la calle sin hiyab en Irán es una quimera. 
Lo saben bien Monireh Arabshahi, Yasaman Aryani y Mojgan Keshavarz, 
tres mujeres condenadas allí a 55 años de cárcel 
por quitarse el velo en público.

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hiyab-religion-carmen-domingo
A pesar de lo impactante de la noticia para los Derechos Humanos, ha tardado en conocerse. Al contrario de lo que ha sucedido con la imagen de una inglesa pidiendo la libertad de unas gallinas en Marrakesh que ha corrido en unas horas. 
Claro que Irán nos pilla lejos, el tema de los velos (del tipo que sea) es 
un tema “sensible” a la izquierda y, sobre todo, entre mujeres y animales … siempre salen perdiendo las primeras. De hecho, la inglesa en cuestión defiende a las gallinas delante de una mujer cubierta hasta los tobillos de cuya libertad no opina.
Aquí, se les llena la boca a muchos militantes y partidos de izquierda si tienen que criticar pañuelos en otros países, lo que está bien, pero después apelan al respeto cultural cuando el pañuelo lo llevan en España por el mismo imperativo religioso y nos llaman islamófobos a quienes lo criticamos.
Cualquier tipo de opresión a la mujer debe ser prohibida, en Irán, Arabia Saudí o España, y el velo es, sin duda, una de las opresiones más evidentes del patriarcado y de la represión religiosa tradicional sobre las mujeres.