
El mejor centro hospitalario de Euskadi es el Hospital de Cruces, según las opiniones de los profesionales que trabajan en los centros de la Comunidad Autónoma Vasca o su entorno y que han sido recogidas en el Índice de Excelencia Hospitalaria.

Si la autoridad judicial pertinente no lo impide, mañana a las 00 h, arrancará la campaña electoral para el 14-F. Eso sí, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya se ha dado de margen hasta el 8 de febrero para suspender los comicios en base a la realidad pandémica del momento.
La posición de la mayoría de juristas es clara, estamos dentro de un estado de alarma que ofrece la posibilidad de la celebración de procesos electorales.
Parece difícil que los comicios se pospongan a mitad de la campaña electoral, por ello, la mayoría de partidos trabajan con la idea de que las elecciones se van a celebrar el 14-F.
Lo más importante es garantizar la seguridad de las personas que vayan a votar y, sobre todo, de los ciudadanos que estén en las mesas electorales.
Es muy importante que no haya intentos de deslegitimar el resultado. Hacerlo sería trumpismo, que es lo que ha hecho Donald Trump en los Estados Unidos.
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Solo es posible salir de este bucle sin fin con una propuesta transversal, que contribuya a romper unos bloques sociales fosilizados y enquistados: desgraciadamente la polarización es tan brutal que decir eso suena a anatema, cuando no a traición, una palabra a la que nos hemos acostumbrado.
Es posible que Robles a estas horas todavía se esté afanando en buscar un alto cargo militar que, a diferencia de Villaroya, no haya sido vacunado cuando aún esperaban turno los sanitarios que deben ocuparse en primera línea de los infectados por el virus … Parece que no lo tiene fácil.
Y ligado al tema conviene destacar que el PP sostiene, por boca de su portavoz, José Luis Martínez-Almeida –a la sazón alcalde de Madrid-, que no es malo que Gobierno y mandos del Ejército reciban primero la profilaxis. Que un país no puede quedarse sin autoridades ni sin defensa.
Interesante debate para la semana que comienza. Porque no ha concretado qué goniernos pueden vacunarse. ¿Solo el que se junta los martes en La Moncloa? ¿Y los gobiernos de las Comunidades Autónomas? ¿Y qué pasa con los gobiernos municipales?
Lo único serio de esto es que ya hay un protocolo. Le guste o no. Y ahora la cuestión es quiénes lo han cumplido y quienes se lo han saltado pasándoselo por su arco del triunfo. Y esto no debería de quedar impune.
La concreción de la fecha definitiva de las elecciones catalanas sigue en el aire, pero lo más grave es que todo parece indicar que el próximo 29 de enero puede comenzar la campaña electoral y todavía no se sabrá si el 14 de febrero se podrá votar o no.
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) emitió ayer una resolución donde mantiene provisionalmente la fecha del 14-F, pero anuncia que su decisión definitiva no la tomará enseguida, sino que se da de plazo varios días antes del 8 de febrero.
En cualquier caso, aquí el enfrentamiento se enfoca en la fecha, cuando, en mi opinión, de lo que deberían estar hablando es de cómo prorrogar, ampliar y extender el voto por correo. Se puede votar cuidando de la salud de todos. En el s.XXI, con las capacidades tecnológicas que tenemos, poner esa excusa me parece muy desafortunado.
Es decir que, si no ocurre ninguna variación, los partidos políticos comenzarán la campaña el citado día 29 sin saber la fecha de la votación. Podría suceder que hubiera ciudadanos que votaran por correo en unas elecciones que finalmente no se celebrarían. Lamnetable.
Cuatro años de degeneración democrática, de mentiras sistemáticas, de aliento de los peores instintos humanos y de administración incompetente terminan. El legado que dejan es división, desconfianza, rencor.
Biden afronta tres órdenes de desafíos extraordinarios.
El primero e inmediato es el flagelo pandémico, en sus vertientes sanitarias y económicas.
El segundo y subyacente es la enfermedad de la democracia estadounidense, con la grave división de su sociedad y las debilidades que ha expuesto el trumpismo.
El tercero y exterior es el imparable ascenso de China y la correspondiente erosión de la prominencia de EE UU y Occidente.
La tarea es ímproba; el éxito, cuando menos, muy difícil. Pero, de entrada, algunos elementos apuntan en una dirección esperanzadora. Tres palabras han destacado en el discurso inaugural de Biden: unidad, verdad, democracia.
Lo fundamental es no olvidar que Trump no es un tumor de la democracia ya extirpado. Es un síntoma. El descontento ciudadano que subyace a su auge; los medios digitales e informativos que lo permitieron; la actitud lacaya de parte del estamento político… todo sigue ahí. Las democracias son frágiles, recordó Biden.
Y el mensaje no vale solo para EE UU.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afrontado esta noche sus últimas horas en el cargo, mientras Washington DC está ya preparada para el acto en el que hoy miércoles Joe Biden jura como el 46º mandatario de la historia del país.
Portugal ha decidido mantener la celebración de sus elecciones presidenciales el próximo domingo. Ocurrirán en la cresta más alta de la nueva ola pandémica, con el país confinado legalmente. En la jornada electoral se podrá circular y cada ciudadano deberá llevar su bolígrafo para votar. Alrededor de las mesas electorales, habrá una delicada coreografía de distancias de seguridad, manoteos desinfectantes, ventanas abiertas y las ya clásicas mascarillas.
Y Cataluña, con un mes por delante, debería de preparar una campaña de voto por correo excepcional. Y adelante. Somos mayorcitos. La gente decidirá si va en persona o vota por correo. Sin excusas. Y al final, como en todas las elecciones, habrá que fijarse en la abstención para determinar si la democracia ha derrotado a la pandemia o si esta le ha soltado un bofetón a nuestro sistema de libertades.
Los 20.000 integrantes de la Guardia Nacional que han tomado posiciones en Washington para evitar una insurrección ante el inicio de la etapa Biden contrastan con los 8.000 que protegieron la inauguración de Trump en el 2017. Las cosas han cambiado. Y han cambiado a peor. Durante los cuatro años de la presidencia de Trump, el ambiente político se ha enrarecido en Estados Unidos, la sociedad se ha polarizado y el número de milicias armadas hasta los dientes se ha incrementado.
Existe un frente antisistema en el que se mezclan trumpistas, supremacistas blancos, militantes de extrema derecha, instigadores de una segunda guerra civil, cristianos fundamentalistas, creyentes en las teorías conspirativas –algunas realmente extravagantes e inverosímiles, salvo para ellos–, ciudadanos que creen contra toda evidencia que Biden le robó las elecciones a Trump y acérrimos partidarios de las armas.
La posibilidad de que incidentes similares a los del día 6 se repitan y agraven, ahora enmarcados en el traspaso de poderes a Joe Biden, es considerable. El temor a un trumpismo extremista se acrecienta según pasan los días. Y aun en el caso de que Trump, tras un segundo impeachment, quedara definitivamente inhabilitado para ejercer cargos públicos, los planes de sus hijos y otros familiares para concurrir a las elecciones, por no hablar de la importante masa de votantes trumpistas, hacen temer que estemos ante un fenómeno duradero.
Solo un desmarque radical del Partido Republicano podría comenzar a encauzar la solución al problema. ¡¡Qué ganas de cambiar de fase de una vez!!
Interesante obra de teatro, bien representada, excelente escenografía y solo quizas pierde un poco de fuelle al final. Pero pese a esto, las dos horas se pasan muy entretenidas. Recomendable.
La obra nos habla de una forma de ejercer la profesión de cómico, en una compañía ambulante. En realidad nos habla del oficio. Pequeño micromundo de vida y resistencia. Tradición de siglos que constantemente renace con diferentes itinerarios. Es un homenaje a la profesión. Un oficio vocacional donde los haya. “!Qué oficios, qué oficios!”, que perdura y se reinventa de siglo en siglo. Muere y renace. A pesar del cine, del cine sonoro, de la radio, de la televisión, de Internet…
Está hecha la novela en que se basa la obra por un cómico, hijo de cómicos, criado entre cómicos, y sabe de qué habla, cómo habla, por qué habla. Tiene memoria. Tiene vida. El viaje a ninguna parte se ha convertido en una metáfora permanente de este arte del Teatro que renace en cada función, se eche donde se eche, es única e irrepetible. No será igual en Tres Cantos, que en el Cabezales que en Hinojera, por poner un ejemplo. Ni se duerme igual en ninguno de esos sitios, hay camas y camas…
Estas cosas solo se entienden si se viven, por eso lo mejor es que se vengan con nosotros, invitamos al espectador a este viaje. Un viaje en el que, aunque nosotros sigamos, ustedes se pueden apear cuando les plazca. Es solo teatro, aunque… tiene veneno, el teatro tiene veneno.
!Vamos, que sale el autobús!.
Dentro de un mes está prevista la celebración en Catalunya de las autonómicas del 14-F. Y para el día 24 de este mes están convocadas las elecciones a la presidencia del Barça. Son citas de distinto alcance, claro. Pero sobre ambas ha planeado la sombra del aplazamiento por la pandemia.
Hoy se hace difícil pronunciarse de forma concluyente sobre la viabilidad del 14-F. Pero sí queremos afirmar, sin ningún tipo de ambigüedad, y aun asumiendo que pueden presentarse imponderables, que es preciso hacer todo lo posible para que estos comicios se celebren en tal fecha.
No vamos a abundar aquí respecto a las carencias o las urgencias del país, porque son de todos bien conocidas. Pero sí queremos insistir en que es conveniente contar con un gobierno fuerte que pueda hacerles frente sin mayor demora.
Cuando las escuelas siguen abiertas y los ciudadanos pueden asistir a reuniones reducidas, proveerse en ciertos comercios, comer en restaurantes o asistir a espectáculos sería difícil defender que no van a poder votar el 14-F.
Los negacionistas son incansables: primero el covid, luego la vacuna y ahora la nieve. En los últimos años estamos asistiendo a un incansable despliegue epistemológico mediante el cual se van cuestionando a base de pamplinas nuestros más arraigados dogmas científicos. Si uno cree que la Tierra es plana cual palangana y que el mar rebosa por los bordes, el siguiente paso es acabar votando por gente como Ayuso, Trump o Abascal. La ciencia avanza en círculos, despacio, a tropezones, dos pasos adelante, uno atrás, pero la gilipollería corre en línea recta hasta que rueda escaleras abajo. Es perfectamente lógico, una desescalada cerebral en toda regla.
Lo último que hemos visto en materia de experimentación científica es a una señora que, con la ayuda de un mechero, demostró que la tormenta de nieve caída en Madrid este fin de semana en realidad no era nieve sino plástico.
Con la nieve falsa amontonada en Madrid podría fabricarse un alcalde de nieve, colocarlo en lugar de Almeida y nadie iba a notar la diferencia. Otro tanto podría hacerse con la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, aunque en este caso una muñeca de nieve, falsa o de verdad, daría muchos menos problemas.
Hace ahora dos años, en enero de 2019, cuando Donald Trump todavía tenía cuenta en tuiter, una ola de frío se extendió por Estados Unidos dejando temperaturas mínimas de 40 grados bajo cero. Trump, una de cuyas batallas políticas más importantes ha sido el negacionismo del cambio climático, aprovechó la oportunidad de hacer alarde de ese negacionismo, y escribió un tuit en el que decía más o menos esto: "¿Qué demonios está pasando con el calentamiento global? Por favor vuelve pronto ¡Te necesitamos¡". Algo parecido hemos vivido a escala española en estos días de nieves y frío en las redes sociales.
La mala noticia en todo caso es que el cambio climático sigue aquí, a pesar de Filomena. Ciertamente el frío de estos días nos recuerda los tiempos en que los inviernos eran más duros, pero recordemos que no hay que confundir la meteorología con la climatología, y que una ola de frío no es prueba de que no haya calentamiento, sino al contrario es parte del mismo fenómeno de alteración climática.
Loa aeropuertos se encuentran semicerrados y con aspecto dantesco.
Es muy triste verlos así.
La pandemia y los problemas ocasionados por las nevadas pueden ser entendibles.
Con sus uniformes paramilitares,
las banderas de la Confederación sudista
junto a las de las barras y estrellas
y una abrumadora presencia de varones blancos,
los asaltantes del Capitolio presentaban su carné de identidad:
venían de esa América profunda de la Biblia y el fusil,
de las milicias patrioteras y ultraderechistas,
de la fe en el líder carismático
y del odio a la pluralidad y la modernidad donde,
con la complicidad del ala más conservadora del Partido Republicano,
ha ido germinando en los últimos lustros
la contemporánea versión estadounidense del fascismo.
Si el fascismo clásico italiano tuvo en 1922 su Marcha a Roma y el nazismo alemán tuvo en 1933 su Incendio del Reischstag, el fascismo estadounidense del siglo XXI tuvo en el día de los Reyes Magos del año 2021 su propio episodio histórico. Que el asalto violento al Capitolio de Washington no triunfara, no le resta un ápice de gravedad a la intentona.
En Europa conocemos perfectamente cuáles son los rostros del fascismo en este lado del Atlántico, no minusvaloren su peligro.
La negativa del PRESIDENTE TRUMP a aceptar su derrota electoral y su implacable incitación a sus partidarios llevaron el miércoles a lo impensable: un asalto al Capitolio de Estados Unidos por una turba violenta que abrumó a la policía y expulsó a los congresistas de sus cámaras mientras debatían el recuento de votos electorales.
La responsabilidad de este acto de sedición recae directamente en el presidente, quien ha demostrado que su permanencia en el cargo representa una grave amenaza para la democracia estadounidense.
Debería ser sustituido de inmediato.
El presidente no está en condiciones de permanecer en el cargo durante los próximos 14 días. Cada segundo que conserva los vastos poderes de la presidencia es una amenaza para el orden público y la seguridad nacional e internacional.
Trump ha demostrado ser "incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo"
La hinchada, en general, también espera un regalo a medio o largo plazo: el reencuentro con un Athletic más poderoso que el vivido en esta temporada repleta de irregularidades en el club, se mire por donde se mire: en los despachos, sobre el césped y/o en el horno donde todo se cuece, en el vestuario.
deia.eus/opinion/columnistas/el-sacacorchos/
Un voto de confianza o toda la tropa rojiblanca.
Cumpleaños NO Felíz
Cumpleaños NO Felíz
Te deséamos muchos/as
Cumpleaños NO Felíz
*Dedicado a quien hoy cumple 83 años
Nos ha representado (sin elegirle)
casi la mitad de su vida
nos ha mentido y estafado
nos ha robado la confianza
Y se ha reído de todos/as nosotros/as.
Que al menos sus últimos años sufra como el más sufriente de sus subditos