Dentro de un mes está prevista la celebración en Catalunya de las autonómicas del 14-F. Y para el día 24 de este mes están convocadas las elecciones a la presidencia del Barça. Son citas de distinto alcance, claro. Pero sobre ambas ha planeado la sombra del aplazamiento por la pandemia.
Hoy se hace difícil pronunciarse de forma concluyente sobre la viabilidad del 14-F. Pero sí queremos afirmar, sin ningún tipo de ambigüedad, y aun asumiendo que pueden presentarse imponderables, que es preciso hacer todo lo posible para que estos comicios se celebren en tal fecha.
No vamos a abundar aquí respecto a las carencias o las urgencias del país, porque son de todos bien conocidas. Pero sí queremos insistir en que es conveniente contar con un gobierno fuerte que pueda hacerles frente sin mayor demora.
Cuando las escuelas siguen abiertas y los ciudadanos pueden asistir a reuniones reducidas, proveerse en ciertos comercios, comer en restaurantes o asistir a espectáculos sería difícil defender que no van a poder votar el 14-F.