La democracia de Estados Unidos, con sus siglos de historia y el honor de haber alumbrado la mayor potencia mundial del último siglo, ha vivido este miércoles una de las jornadas más oscuras en décadas.
Manifestantes partidarios de Donald Trump —y azuzados por este— irrumpieron en el Capitolio cuando los representantes de la soberanía nacional celebraban allí la sesión de certificación de los resultados de las elecciones presidenciales ganadas por el candidato demócrata, Joe Biden.
Es el espantoso resultado de años de sistemático esfuerzo por parte del magnate nacionalpopulista por fomentar la polarización en el seno de la sociedad estadounidense. Años de concienzudo trabajo para rociar con gasolina los cimientos de la convivencia civil y serena han prendido el fuego más terrible en el mismo templo de la democracia de EE UU.
Manifestantes partidarios de Donald Trump —y azuzados por este— irrumpieron en el Capitolio cuando los representantes de la soberanía nacional celebraban allí la sesión de certificación de los resultados de las elecciones presidenciales ganadas por el candidato demócrata, Joe Biden.
Es el espantoso resultado de años de sistemático esfuerzo por parte del magnate nacionalpopulista por fomentar la polarización en el seno de la sociedad estadounidense. Años de concienzudo trabajo para rociar con gasolina los cimientos de la convivencia civil y serena han prendido el fuego más terrible en el mismo templo de la democracia de EE UU.
El arresto de Trump debería ser inminente tras incitar un Golpe de Estado mediante el asalto al Capitolio.
¿Condenará mañana la derecha española este golpe o se limitará a denunciar las protestas?